
A mi ya me queda menos… El jueves ya estaré en la sucursal nacional de la ciudad de Sodomía… en Madrid, amos…
Por cierto, que no iba a publicar hoy porque aquí es fiesta, y yo en fiestaaaa… Ayer, al llegar de Madrid pensé que lo de los 400 euros de Zapatero en realidad debían de ser 1200, porque todo el mundo estaba en la calle a pesar de los 16 grados que disfrutábamos (ahorraos decir que qué bien poder dormir, que qué fresquito… lo llevo muy mal. Gracias. Viva el calor) de fiesta y de bandera de España… ¡Qué ansiedad! Y con fuegos artificiales y todo, no por la Eurocopa, sino por las fiestas patronales. La calle estaba petada no, petadísima, y tuve que dar unas vueltas de me cago en Clifford: ansiedad. Pero llegué a casita sano y salvo.
El finde en Madrid estuvo genial, lo sepáis. Yo no sé dónde ira esto o dónde no, sólo sé que de momento no lo quiero pensar porque me pongo muy pesimista como ya habéis notado. Sólo sé (también) que estoy superagusto, que el sexo es genial, que sigue siendo superdormible a pesar de los 26 grados nocturnos, que cada vez que me mira se sale una sonrisa y que cada vez que me besa en el cuello tengo la piel de gallina desde la muñeca hasta el hombro y no se va… Vamos, que tengo las braguitas pegadas al chocho (ahora un anónimo me dirá que esto es de muy mal gusto… ains) y que me muero de que llegue el jueves porque le veré y pienso echar el polvo del siglo, algo que para mi, viendo mi trayectoria, tampoco es complicado…
Qué ganas de calor y fiesta y mariconeo, sip. Que no sé como me organizaré con vosotros los que me leéis y a los que he ninguneado estas últimas veces que he ido sin avisar, así que habrá que pensar algo… Tenemos aún 5 días, aunque a mi me quedan 3 para marchar… ¿Llevaré el portátil? No sé… qué pereza… Me ha encantado junio. Bienvenido, julio.
