El lunes de la semana pasada tuve la suerte de ir con mi amigo Zäpp a la sala El Sol de York. No iba con mucha gana al principio porque tuve la mala suerte de haber visto una obra de teatro de temática gay allí mismo que dejaba mucho que desear, pero mucho mucho (aunque lo increíble es que se siga representando en otra sala de Madrid), y ya iba con prejuicios al lugar, claro.
Afortunadamente, fue sentarnos y disfrutar de una increíble velada musical (parezco una señora del XIX escribiendo). ¿El programa? Pues nada, una cosa ligerita, En torno Wagner a dos pianos de la mano de Sofya Melikyan y Emilio González Sanz. Ya sé que algunos estaréis en pleno ictus de somnolencia al imaginaros el momento, pero no, fue una experiencia espectacular porque ambos pianistas eran muy buenos y con una compenetración increíble y el repertorio era conocido: Maestros cantores, Tristan e Isolda y Tannhäuser.