Historias por no dormir

A uno siempre le hace ilusión el nuevo año y esos ritos que realizamos de uvas, familias, champán/cava, amigos, fiesta y todo ese jaleo. En mi casa alguien compró las uvas más ordinarias que me he metido a la boca nunca: todas entraron con cada campanada, pero hasta las 00:05 no había yo tragado esa bola asquerosa. ¿Se trata de meterse las 12 en la boca o de tragarlas? Bueno, que da igual... total, ya sabemos que heredamos la tradición por un absurdo superávit.
A las 7 de la tarde aún no sabíamos qué íbamos a hacer por la noche, así que quedamos en el bar de Culito para tomar la caña precena. Quedé con Tita y Yoselito nada más, y Tita llegó con unas amiga superengendro (recordemos: freak significa engendro). Una empezó a darme la chapa y sobajearme hasta que me pude escapar (sabe que soy gay, pero le hubiese partido la cara por pesada) y la otra se puso a hablar de no sé qué sandeces de comidas, cenas, su suegra y argh! Así que lo que yo hice fue desconectar y mirar (que no ver) a la tele que había cerca mientras Yoselito se tragaba la filípica esa.
Cuando yo veo a alguien que hace lo que yo hacía y encima no lo conozco, capto la indirecta y mantengo la distancia, pero ¿ella? Noooo! Ella no, y jodiendo preguntando 'qué miras?' y yo, ignorándola, y otra vez y otra y otra, hasta que le dije 'LA TELE!' y en mi mente, simultáneamente, escuché a mi subsconciente decir a gritos 'La PUTA tele, ZORRA, para no partirte la cara de plasta borracha INSOPORTABLE que no te aguanto ni a tí ni a tus comistrajos ni a tu jodida suegra ni a nadie que me dé la vara como tú', y esbocé una amable sonrisa navideña...
Y decidimos que íbamos a salir por el bar de Culito y aledaños, porque entre unos 8 bares habían hecho un bono de 8 copas por 40 euros, cosa que, después del finde en Madrid, me parecía grangangagrangangasoydeteherán. Además, iba a estar Culito y también el nuevo camarero jaco cuadrado y hetérrimo al que ya saludo como si fuese(mos) machísima(s). Hubo una cosa muy graciosa: estabamos en la barra y muy apretados, pero Hetérrimo pasó entre nosotros y me pasó la mano por los abdominales de manera disimulada. Hubo un silencio y yo seguí hablando de alguna tontería, pero nadie me contestó y Tita soltó 'pero es que soy la única que ha visto eeeeeso y he flipado?', y su amiga la Insoportable asintió y le dio toda la razón, diciendo que se estaban quedando sin hombres... En fin, yo dije que el tío era hetero total y que es lo típico de los tipos de gym, que se van tocando... No me acabó de convencer mi propia explicación, pero da igual: es hetero, y si quiere salir de algún armario, que se haga una llave, que la mía se me rompió al salir yo. Al irnos, me despedí de él y pasó algo similar pero más obvio, así que era definitivo: íbamos a salir por ese bar.
Doce uvas más tarde, comenzamos la noche. Habíamos quedado a la 1:30. Pues bien, a las 1:33 ya habíamos perdido a más de la mitad, o sea, todos los heteros. Y dónde fuimos los gays? Donde Culito. Pero estaba tan petadísimo todo que era como estar en Zara el primer día de rebajas: un infierno. No se veían ni Culitos ni Hetérrimos ni nada interesante. Yo me iba poniendo de peor humor, pero con ruso se te van los males, lo malo es que Yoselito era de ginebra y yo de ruso, ambos con limón, y no pudimos distinguir cuál era cuál. Luego Yoselito se pasó al ruso sin que me diese cuenta, así que a la siguiente me pasé yo a la ginebra pensando que el había pedido ginebra para los dos... Un lío. Y fuera, en la calle, como 7 grados bajo cero y una niebla que hizo que todo se volviese blanco: el mundo era una gran fruta escarchada. A las siete me fui a dormir, borracho y un poco gayprimido (normal si vas a EL bar de ambiente que tenemos aquí) después de inmortalizarme y regalar mi peluca: