... y de alla para aca

Al día siguiente, resaca, leve pero resaca. Tocaba día familiar, por lo de estar de visita, claro, así que tocó comida y cena familiar, aunque por suerte pude echarme una siesta de un cuarto de hora (60 minutos) y ver el bellísimo atardecer de la capital.


Mi intención era ver Cortilandia, pero al final no pudo ser, porque tenía que hacer unas compritas, así que me fui al Corte Inglés, donde más tarde me encontré con ZIH y nos acercamos al Zara de al lado, lleno de chicos guapísimos y gays al otro lado de los mostradores y doblando ropa y otros (en menor numero) a este lado del mostrador, probándose cosas y comprando... Por qué no hice fotos? Bueno que ZIH se compró algo.
Por la noche el plan era ir a casa de Shhhhh! a beber, pero se frustró por la cosa de la cena familiar, así que cuando pude escapar, bajé al centro con ZIH para hacer tiempo hasta que Shhhhh!, Adidas y cía se acercasen por Chueca. Nos fuimos a al BAires. No sé por qué le tengo querencia a ese sitio, porque se llena de humo y es un dolor, pero descubrí que tienen wifi, así que volveré de nuevo. Café para dos, por favor.


Luego, cambiando de lugar y buscando un cajero automático compatible, nos acordamos de Ay Oma!


Y después, lo que estaba deseando, no sé si por tonta o por fisna, que era ir al Studio 54. Era pronto, pero ya estaba petaito. La diferencia con el de enfrente, en que yo había conocido algo más del país vecino, era bastante evidente, y no sólo por el tamaño!


Es un sitio que es demasiado pequeño, pero la música está muy bien, la gente que va (ahora es cuando me pongo superficial, etc) es guapísima, unos tíos guapísimos también en las barras, el alcohol no huele a garrafón, mucho músculo, mucho famoso marica (Dioses! Estamos en todas partes! Va a ser verdad que nos hacemos con el mundo y de paso lo conducimos a la destrucción moral, claaaaro), mucha cara guapa, mucho modelo de 19 que va con cara de princesa y nometoquesalpasar, que son aquellos niños de nuevo cuño que creen que estar famélico es atractivo. Nosotros los llamamos 'huesilocas', en oposición a las 'musculocas'. Eso sí, hace un frío que te cagas, no sé si lo hacen adrede porque así se marcan los pezones en las ajustadísimas camisetas/camisas, y en el lounge del fondo está la Antártica, todo blanco y frío:

- Perdone, ¿el congelador?
- Sí, al fondo a la derecha...

ZIH y yo, después de esperar una cola larga para el guardarropa, nos tomamos dos o tres copas, no recuerdo. Tonteamos, echamos miraditas (no entre nosotros, si no con nuestro entorno), etc. La verdad es que da gusto, pero claro, ahí uno no puede coger y ponerse marranito, como en el Polana, porque hay mucha luz y no se estila. Unas tres horas más tarde (yo empezaba a tener algún tipo de síndrome de estancia prolongada), salimos para llamar a estos. El plan, originalmente, era ir a Cool, donde yo pensaba meter ficha de nuevo (juasjuas), pero por alguna extraña razón, acabamos en el Angel. Vamos, que fue todo muy de Dante, de los Elíseos al Tártaro. No estaba mal: marranetes, osetes, cintas leather, barbas, rapadas, alguno que parecía salir de un campo de concentración, etc. Ahí sí que yo no ligaba ni una mayonesa, pero bueno... me consolaba pensando en Cool, lleno de dioses y vacio de camisetas y con estos me lo pasé bien y me eché unas risas, que es de lo que se trataba, aunque yo ya dije que si era por ponerse cerdito, que la próxima al Eagle. ZIH y yo nos marchábamos justo cuando ya encendían las luces de servicio. Cogimos un taxi con un taxista guapísimo, y claro, ZIH se preguntaba si podría darse la casualidad de que fuera el consorte de algún conocido, pero no lo era... Y a la cama, no sin antes inmortalizar los verdes para Nils...


Al día siguiente dejé Madrid antes de comer, y fue una experiencia profundamente desagradable: el Metro hecho un cristo y en el vagón se montaba gente y gente de la concentración de la familia... Qué pena de última visión de mi ciudad preferida.