15 de diciembre de 2010

Grandes Maricas de la Historia XVI

Otro escritor! Otro escritor! Si es que esto de los escritoreeees... Aquí tenéis al marica de esta edición:


Irreconocible, verdad? Salvo que seáis ingleses (o ni eso, que la educación británica ya no es lo que era...). Este señor es Siegfried Loraine Sassoon (8 de septiembre de 1886 – 1 de septiembre de 1967) y fue un escritor y poeta inglés que nada tiene que ver con los champús, por cierto. Fue célebre por su poesía satírica antibelicista durante la Primera Guerra Mundial.

Hijo de un judío desheredado por casarse con una católica, recibió una educación bastante decente y al llegar a la universidad decidió interrumpir sus estudios sin un título y pasó los siguientes años cazando, jugando al cricket y publicando por su cuenta algunos volúmenes de poesía no muy aclamada. Sus ingresos fueron justo los suficientes para evitarle buscar trabajo, pero sin derroches.

Motivado por el patriotismo, Sassoon se unió al ejercito justo cuando la amenaza de la Primera Guerra Mundial se hizo evidente. Declarada la guerra, se rompió el brazo en un accidente de caballo y fue puesto fuera de acción antes incluso de salir de Inglaterra; pasó la primavera de 1915 convaleciente... qué suerta, no? Pues no, porque uno se acaba recuperando, así que en noviembre, fue enviado al Primer Batallón en Francia, zas! Allí entró en contacto con Robert Graves (sí, el de Yo, Claudio) y se hicieron amigos cercanos (y nada más, que Graves era hetero). Unidos por su vocación poética, a menudo leían y discutían los trabajos del otro.


Siegfried pronto se horrorizó al ver las realidades de la guerra, y el tono de su escritura cambió por completo: mientras que sus primeros poemas presentaban un romanticismo y una dulzura diletante, su poesía de guerra se movió a una música cada vez más discordante, en su propósito de transmitir las horribles verdades de las trincheras a una audiencia hasta entonces arrullada por la propaganda patriótica. Detalles como los cuerpos en descomposición, los miembros destrozados, la suciedad, la cobardía y el suicidio son las marcas registradas de su trabajo en este momento.


Vaya coñazo, ¿no? Mirad, que paso de rollos y vamos a lo marica pero ya mismo. Tras la guerra, hasta el ojete de guerras, se fue a EE.UU. a dar una serie de conferencias, con la libertad de alejarse de Inglaterra, su país, donde la homosexualidad estaba castigada con penas de cárcel (de hecho hasta hace 40 años...). Mientras tanto, había empezado a practicar su homosexualidad de manera más abierta. Se embarcó en una aventura amorosa con el artista Gabriel Atkin, a quien había sido presentado por amigos comunes. Durante su gira por EE.UU., se encontró con un joven actor que lo trató fatal, como siempre nos suele pasar a los maricas en algún momento de nuestra vida.


Sassoon, después de haber madurado mucho como resultado de su servicio militar, siguió buscando la satisfacción emocional, que en un principio trató de encontrar en una sucesión de aventuras amorosas con hombres, aquí la lista: el actor Ivor Novello; el ex amante de Novello, el actor Glen Byam Shaw; un aristócrata alemán, el príncipe Philipp de Hesse; el escritor Beverley Nichols, y, finalmente, un aristócrata de capa caída, Stephen Tennant. Sólo este último le dejó una huella permanente, aunque Shaw fue su amigo íntimo durante toda su vida. En diciembre de 1933, para sorpresa de muchos, Sassoon se casó con Hester Gatty, quien era muchos años más joven que él. Esto llevó al nacimiento de un hijo, algo que Sassoon anhelaba desde hacía mucho tiempo. Este niño, su único hijo, George (1936-2006) se convirtió en un notable científico, lingüista y autor, y fue la adoración de Siegfried, quien le escribió varios poemas. Sin embargo, el matrimonio se rompió después de la Segunda Guerra Mundial. Sassoon, aparentemente, era incapaz de encontrar un equilibrio entre la soledad que le gustaba y la compañía que tanto ansiaba.

Hacia el final de su vida, se convirtió al catolicismo y fue admitido en la fe en la Abadía de Downside, cerca de su casa. También realizó visitas periódicas a las monjas de Stanbrook Abbey, y la imprenta de la abadía publicó ediciones conmemorativas de algunos de sus poemas. Durante este tiempo también se interesó en lo sobrenatural, y se unió al Ghost Club... Vamos, que si teníais dudas sobre su homosexualidad, el rollo católico os las disipará, que de eso los católicos (en especial los sacerdotes) saben de eso tela.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado tu mari-blog; me he reido montones. Se aleja un poquito de las típicas que hablan de Gagagagaga y Kkakakakylie. Al menos se ve algo más de literatura y otros temas como TV (La Noria y esas cosas...)
    Felicidades por el blog; espero te visiten muchos más
    ¡Muy divertido!
    pd: lo de los chulazos es como la miel

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  2. Pues sí, desconocido total, pero bueno, lo que importa es el mariconismo en personajes histórico
    :-)

    Por cierto en algunas fotos se le ve hasta guapo, pero en esa en la que está vestido de militar y se le ven las orejas, por dios ...
    :-p

    Besicos!

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  3. Muy buena y documentada entrada, como siempre nos traes "un marica desconocido" -a los incultos- jejeje, y nos lo presentas notablemente, para que se convierta en un referente más... Post-Data.- Éste no es el del champú, lo aclaras tú... ¿¿Pero su hijo??? Je, jejejeje.

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  4. jaja genial, si es que tanto trajecito...

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  5. Creo que con lo único que debió sentirse satisfecho, fué con su hijo.

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Piiiiip

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