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28 de octubre de 2015

De Renfe y los Problemas del Primer Mundo

Vamos a enlazar temas como si fuera esto un cadáver exquisito. Si no sabéis lo que es, es que estáis muy poco leídas y quizás (sólo quizás) es que yo sea la típica marica de letras resabida (quizás) y, si en algo os interesase, podréis ir a la wikipedia a que os ilustren, que yo con poner el vínculo ya he hecho bastante. Al grano. Me está pasando, amigas, como hace años, que se me acumulan los temas de las entradas y aún así vamos de mamarrachada en mamarrachada, y decía que vamos a enlazar entradas porque ayer hablábamos de Hoteles Homosexuales y hoy vamos a Kike Sarasola (guiño-guiño) y su problemita con Renfe.

CLASICAZO, nenas, CLASICAZO

¿Pero a cuento de qué, Otto, tía? Pues mira, porque esta mañana alguien de mi Twitter ha hecho un RT y me ha aparecido en mi TL (tampoco estamos aquí para explicar qué es RT ni TL) lo siguiente...

Y me he quedado como Carmina en la bañera (muerta; esto sí lo explico sólo porque estamos cerca ya de Todos Los Santos y ya sabéis que yo soy muy pío y creyente). Renfe puede ser muy mierda por muchas cosas, admitámoslo. Para empezar porque el AVE Madrid-Bilbao pasa por Valladolid, que es como viajar de España a Italia pasando por Marruecos, y porque aún no hay wifi y porque hay que quejarse siempre, coño, que es deporte nacional (sí, sí, la envidia también, no me olvido), pero, alma de cántaro, Renfe no es una mierda porque no hayas

A) Impreso el billete en casa
B) Impreso en billete en las máquinas de la estación
C) Descargado el Passbook

Y esto es así, seas dueño de una cadena hotelera o seas la típica bloguera envidiosa marica mala aburrida (parad ya de ponerme epítetos que esto me supera, amigas troll) que se queja como el resto del país (menos de Carmena, ojo, OJO), porque cuando sacas el billete te plantan lo siguiente:

¡Oh, sorpresa!

¡Hombre, Kike! ¡Favor de Dios! Que lo pone muy claro, hombre... Billete impreso o billete en el móvil, y con el vínculo de descargar el Passbook ¿Que debería poderse llevar uno el pdf en el iPad? ¿Que sólo tienen que escanear los cuadraditos esos negros del código QR? Bieeeeeeeen, vale, lo admito. Lo admito yo, mi vecina la ruidosa e incluso Esperanza Aguirre, sin ser ella nada de admitir cosas.

¡Me confunde usted, caballero!

Y es que hay que ser muy justos, que enseguida se nos calienta la boquita, y a mi el primero, que será por boca y por caliente. Además, a ver, que en un minuto entras en el correo y descargas el billete o te vas a las máquinas a imprimirlo, que hay como chorromil en la entrada del control. ¡Ojo! Que te entiendo perfectamente. A mi, por ejemplo, me pasó de estar en un bar muy chic y muy de moda y muy homosexual hace unos años. Estaba hasta arriba de gente, pero había muchos camareros, guapos, fuertes y tal. Yo, que soy muy educado, me fui colocando hasta que llegó mi momento de pedir y el camarero me ignoró. Primero de la línea, en la barra, con toda mi cara plantada ahí y sonriente. Ignorado. Le llamo y hace como que no estoy, invisible. Me palpo la cara y el cuerpo, pensando que, quizás, había transmutado o estaba en proceso de metempsicosis (o transmigración) o algo así, pero no, ahí seguía yo, transparente...

Pues no sé cómo no me ve, la verdad...

A la cuarta vez que le dije perdona, ya me cambió la cara y me puse de muy mal café, y me estropeó la noche el tener que ponerme de esa manera, aunque también influyó que estaba yo medio liado con un tío que era como el perro del hortelano, que ni come ni comer deja. El caso es que esto ya fue hace tiempo, cuando esta ahora humilde bloga tenía bien de visitas, pero no se me ocurrió decir que en el bar del Hotel Óscar, que es donde todo esto tuvo lugar, había tenido una muy mala experiencia y que era una mierda... ¿Vaya desenlace, eh, amigas? Pues eso, moraleja de vieja.

Así se enhebra en esta bloga, amigas, con el dedito en el agujerito

26 de octubre de 2015

Tíos buenos, Comentarios y Gente Intensa

El viernes pasado pasaron muchas cosas en mi muro y en los muros del mundo en general. Lo primero de todo fue la aparición de un gif muy de viernes en mi muro que alegró el día a muchos, aunque más alegría supuso ponerle nombre y que todos pudiésemos buscarlo en la red y además darme un tema sobre el cual escribir hoy. El bigardo en cuestión era este...

Todos con las bragas en los tobillos

¡Tomaaaaaaa! ¿Pero quién es este hombre? Pues es fácil que no sepamos quién es porque por aquí somos maricas y tenemos dos dedos de frente, cosa que evita que veamos el WWE ese, la cosa esa americana de lucha libre de mentira para basura blanca hetera, con perdón, de donde ha salido este pedazo de macho. Ah, el gif que puse era este...

Explosión dentro del pantalón

Bueno, al grano. Se llama Claudio Castagnoli, es suizo y ahora es luchador profesional en World Westling Entertainment (WWE) bajo en nombre artístico de Cesaro, tiene 34 añitos y mide 1'96, lo que aún lo hace más grande, porque tener ese cuerpo con esa altura es telita, salvo que esté hormonas hasta las cejas, cosa que es bastante probable.

"Yo si que te voy a dar hormonas, bonita"

Siempre me ha flipado cómo se puede ser tan retrasado de ver WWE y cómo puede ser algo tan celebrado en EE.UU., aunque la verdad es que es una pregunta absurda que tiene su contestación en el ejemplo que nos da Sálvame en España, que, como diría Felipe González, son la misma mierda... pero, ojo, que algo sea una puta mierda no significa que la gente no tenga que verlo, eh? Cada cual que vea su mierda, que ya somos mayorcitos, aunque con el WWE al menos tenemos monumentos como este.
¡Me confunde usted, caballero!

Os decía que iba a dedicarle una entrada en la bloga, como veis, a pesar de que enseguida alguien descubrió quién era en los comentarios de Facebook y reveló su identidad. Pensé en ese momento en dos cosas a) matar y b) escribir sobre otra cosa, hasta que vi que la gente es incapaz de leer los comentarios de Facebook. Tú plantas algo, un tío bueno, por ejemplo, como Nyle, y explicas que es uno de los concursantes de la última edición de America's next top model y después de la aclaración ocho de cada diez comentarios son del tipo "¿Quién es este?", después de que esté puesto ahí en cristiano, más clarito que el agua...

Una mirada para perder las bragas

Y es que la gente o no lee los comentarios o los lee y los transfigura, como Cristo en el monte, como también pasó el otro día con una publicación sobre Adele. Ya sabemos todos que ha sacado un single, Hello, horror para unos, maravilla para otros. Yo dije que, además, no había adelgazado, al contrario de lo que el universo entero decía hace unas semanas, y ponía una captura del vídeo en que se le veía oronda... bueno, pues ya tuvo que venir la intensa de turno a decir que éramos unas "maricas malas aburridas" por decir que seguía gorda... Vamos, la fase dos del eso lo dices por envidia, y así nos va, amigas, así nos va entre las que no leen y las que leen lo que quieren leer...


28 de marzo de 2014

¡Hamburguesas!

Ayer todo el día comenzó con el tema de las hamburguesas desde la mañana, pronto, en el gimnasio.

Estaba hablando con un hetero (sí, hablo con heteros, son gente agradable, sensible y no me avergüenza decir que tengo muchos amigos heteros) y, de repente, entró una chica a la sala y este colega me espeto algo así como "Vaaaaaya tía! Toma whopper! Tooooma whopper!", una descripción tan acertada, la verdad, que no puede dejar de imaginarme el whopper de la chavala...

Aunque, sinceramente, yo lo imagino más como un macarrón...

Macarrón: 2. m. Bollito con azúcar, almendra y otras especias.

LEAMOS, AMIGAS