Primera Semana

Bueno, el sábado salí y me lo pasé muy bien. Risas con los amigos, alcohol, caras de estupefacción cada vez que me preguntaban por Sevi y yo se lo explicaba… Después de una cantidad ingente de alcohol, en forma de copas y chupitos y tal, aquí uno decidió que mejor se iba a casita antes de pisar el Coraçao, bar de ambiente de provincias que amarga al más pintao (Mocho y los Pikis pueden aseverar tal afirmación), y de camino me sentí un poco triste y muerto por dentro… Seguramente parte de esa muerte era mi hígado y mi vejiga, que no meé nada más que un par de veces en toda la noche y bebí litros y litros. Dejé mi mensaje de tristeza en el Facebook así como a las 6 de la mañana y me fui a dormir.

Desperté bien. El alcohol, como a cualquiera, claro, deprime, y a mí especialmente si no estoy de humor… pero desperté bien: trazas de ira social con gotas de dolor de cabeza y aroma de resaca. Había quedado para comer, porque Nati se ha echado novio y estaba de visita, así que estuvimos comiendo por el barrio de Gamonal (que es como ir a otro lugar y otro tiempo (malos ambos) jisjisjis) y luego lo típico: copa en vez de café y otra y otra y al final nos juntamos un montón de gente muy divertida. Yo estaba muerto de risa y de vez en cuando comentaba que justo en esos momentos se hacía la primera semana de la ruptura… todos nos reíamos.

Al final decidimos ir a cenar algo y, justo al salir del bar, suena el móvil…

Hola

Hola. ¿Qué tal, cómo estás?

Pues estoy en ello.

Ah,… ¿Te pillo bien?

Pues estoy con unos amigos, ¿por?

No, por saber qué tal estás…

Pues eso, con unos amigos. ¿Tú todo bien?

Si, si. Pues si estás con tus amigos te dejo.

Si, ya hablaremos.

Vale.

Vale.

Total, que me ha jodido el finde y el post, que iba a ser sobre el sábado de risas y de fotos.

Le odio.