Chapa y Pintura

Entre las mil cosas que hay que hacer para alcanzar cotas de normalidad dignas del ser humano en el colectivo homosexual, hay que empezar con esos hábitos que pasan desapercibidos que sufren muchos niños. Cada día, de hecho, me convenzo más de que la disfuncionalidad y la estupidez humana, la tontería y tal, que es universal, se concentra entre maricas y lesbianas por haber tenido que sufrir carros y carretas durante su infancia y en silencio… eso que llamamos traumas.


Yo nunca he sido consciente de ser diferente respecto a los demás hasta que los demás me lo han hecho hacer notar. La primera vez, creo, fue cuando una tía mía, que morirá sola por mala persona y por zorra, me llamó, así sin más, y con un tono horrible, marica, después de reñirme por alguna cosa de niños… Eso lo tengo clavadito en la memoria y debe ser esa la forma en la que uno se va forjando el carácter o los interiores o lo que sea.

En el colegio no recuerdo alusiones de tal tipo, aunque he de admitir que era un poco bully y cascaba a mis compañeros de clase, seguramente como manera de autoafianzamiento por la diferencia. Además, pegué el estirón muy pronto, así que les sacaba una cabeza, jajaja! Pero lo más normal es que el niño marica sea el objetivo de las bromas de sus compañeros y, por lo general, se hace con total impunidad… Y lo mismo en secundaria, claro, o peor.

Todo esto viene a raíz un informe confidencial del Ministerio de Educación francés sobre este tema del acoso en las aulas. El resultado es aterrador, claro, y es que hay una tendencia, por parte de los equipos directivos y de la sociedad, a banalizar las agresiones y los comportamientos homófobos en las aulas, cayendo, además, en el sexismo de las chicas son de letras y los chicos de ciencias (el típico marcado ejemplo de pasividad/actividad profesional), y el racismo en los colegios e institutos… Vamos, tela.

Afortunadamente, el informe está dirigido a modificar tales comportamientos pero, ¿y en España? ¿Qué ocurre? Pues lo mismo… lo curioso es ver que, aunque en Francia no se ha aprobado el matrimonio homosexual, se preocupan de estos extremos y aquí, donde sí nos podemos casar, parece que tales asuntos se obvian o se dan por… ¿arreglados? Vamos, que banalizamos…