Grandes Maricas de la Historia VI

Ya hemos visto pasar mucho figurín, mucho noble y mucha gente fina, y no todos los maricas son así, por muy grandes e históricos que sean… Hoy tocaaaa (redoble de tambores…)…


¿Qué? Bajito, rechoncho y mal dibujao, eh? Pues este es ni más ni menos que uno de nuestros más célebres maricas de la historia de España: Cosme Pérez, alias Juan Rana.

Cosme, vallisoletano de nacimiento, fue el más célebre actor de comedias de su tiempo, el preferido del público y de los nobles y del mismísimo Felipe IV y hasta de Carlos II. Su influencia en la corte llegó a ser su tabla de salvación, ahora veremos por qué… De momento, debemos saber que Lope de Vega (y Calderón) escribió para él y su popularidad le hizo conocido en todo el reino.


Estaba especializado en papeles de cornudo y apaleado, de alcalde (en comedias siempre poco despabilados) y de… de… de sexualidad desviada. No en vano su nombre artístico, que daba nombre también a los personajes de las tramas de las obras que protagonizó (Juan Rana toreador, El parto de Juan Rana…), no era sino una alusión nada velada en la época: Juan Rana, y era rana porque no era ni carne ni pescado. Así se llamaba en el Siglo de Oro a los maricas, porque en aquella época Marica era aún el diminutivo de María sin connotación peyorativa alguna. De esa rana nos viene la expresión de Me ha salido rana, expresión que aludía al amante que era tal o al hijo que ídem, y que ahora sólo se refiere a los proyectos que no dan con buen puerto.


Bueno, pues se sabe que Cosme era Rana y que la Inquisición le persiguió bastante por cosa del pecado nefando, sin éxito, primero por ser celebérrimo y segundo por su cercanía a los ambientes de la corte. Más cosas de él, muy interesantes, las podéis encontrar aquí, un artículo que me sorprendió en mis años de facultad… ¡qué tiempos aquellos!