El Banquete…

Platón (y no, no me voy a poner relamido, pero un poco empalagoso quizás sí…), allá por el siglo V a.C., alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, articuló, así de un plumazo, la base de todo el pensamiento occidental de los últimos 2500 años, incluyendo el cristianismo y muchas de sus imágenes… Gracias a su sabiduría (y a los manuscritos...) nos han llegado sus célebres Diálogos…


Entre estos, encontramos El Banquete, en el que se discute, entre otras cosas, la naturaleza de eso que se llama, o llamamos, amor. Lo explico de un rápido reduccionista… Resulta que los dioses crearon a los hombres y en la Edad de Oro estos eran felices y no tenían necesidad de nada, porque estaban creados a pares… Eran un solo ser formado por dos que se complementaban. Así había tres tipos de hombres, el hombre (dos hombres pegados, descendiente del sol), la mujer (dos mujeres pegadas, descendiente de la luna) y el andrógino (hombre y mujer pegados, y descendiente de la tierra)… Como estaban tan compenetrados, estaban encantados de conocerse, encantados de la vida y eran autosuficientes… lo que les llevó a la arrogancia de querer equipararse con los dioses…

Total, que a los dioses no les mola nada que nadie se les suba a la chepa y Zeus Tonante, para someterlos, los dividió con su rayo, convirtiéndolos en seres incompletos y condenándolos a anhelar siempre la unión con su mitad perdida. Las tres formas del amor sexual quedan así explicadas: los heterosexuales son descendientes de seres andróginos y los homosexuales provienen de seres completamente masculinos o femeninos…

Desde entonces cada mitad busca incansablemente a la otra mitad a través del tiempo y del espacio.

Hace un par de años vi a alguien a casi 700 kilómetros de mi casa… y algo de él me llamó la atención pero no pasó nada más allá de una mirada… Ocurrió lo mismo con la misma persona y a la misma distancia este verano, y me ocurrió lo mismo, bueno, con dos miradas, pero estaba con el Sevi, así que huí… De forma rocambolesca, lo he vuelto a encontrar, y el cúmulo de casualidades comunes, vitales, profesionales, etc., es tal que cuando lo vi estuve a punto de decirle Por fin… Así que eras tú a quien buscaba a través del tiempo…Menos mal que no lo dije, que no sea que resulte luego ser un hijodeputa...