¿De que co*os escribo?

Pues después de planteármelo seriamente y viendo que yo de coños no sé ni quiero ni puedo, como dijo el poeta, pues mejor hablo de pollas, penes, rabos, vergas, falos, chorras, címbreles, mingas, nabos, pichas, pijas (y pijos), pililas, titas, trancas, etc., y además añado palabras que la gente busca en Google… Huys, se me olvida la denominación poligonera: la herramienta.


Y es que sí, los hombres somos totalmente falócratas, falocentristas, falófilos y mil cosas más. Nos encanta nuestra polla, sea bonita o fea, y siempre nos fijamos en las de los demás, seamos maricas y heteros, en el momento en que aparece una… Luego, sobre formas y colores, hay mucho que decir, y tendría que buscar muchas fotos y hoy no toca… Pero vamos, que un hombre sin su pene no es nada: es nuestro mejor amigo… Nos da placer, es un organismo autónomo con inteligencia propia y todos deseamos tenerlo más grande…


Pero, aquí entre nosotros, qué difícil es encontrar un pene bonito… Estamos muy acostumbrados al nuestro y, claro, no hay parangón… Que si es muy cabezón, que si es muy fino, que si es muy tocho, que si tiene prepucio, que si noooo… Mucha variedad… Yo, particularmente, lo prefiero con prepucio, la verdad… Mola más, aunque hay cada uno sin prepucio que deja con la boca abierta de lo bonito que puede ser. Los griegos (y los romanos) siempre le ponían prepucio, como tiene que ser… consideraban que, sin él, la visión del pene no era artística, era obscena… Además, siempre está el factor sorpresa…


En fin, que tiene mérito hablar de penes y no poner uno en toda su gloria, eh?

Ups! 

Se me ha escapado… por el interés científico, claro... Pero otro día haré un maripost con todas las variedades de pene, hala… Interés científico de nuevo, claro.