Bueno, antes de que nadie se invente más cosas o haga cábalas absurdas sobre mi irasosiá, heme aquí ante todos vosotros, amigos, dispuesto a narraros los extraños, pero ciertos, hechos que tuvieron lugar el domingo en Que trabaje Rita.
Lo primero que debo aclarar es que Rita es la fiesta que se celebra en Charada, lo que significa que todo el tema de puertas, seguridad y tal depende de la sala Charada, no de la organización deRita. Esto me lo hicieron los de Charada, no los organizadores de Rita..., y es importante que distingáis entre unos y otros, es lo justo
De hecho, ya sabéis que yo soy muy fan de Rita desde su inicio. Me parece una fiesta muy divertida, le dediqué una entradita alusiva en su primera edición y siempre hablo mucho de ella en Facebook, y bien, así que no soy sospechoso de mala voluntad hacia ellos, ni siquiera a pesar de la subidita de precios y del hecho de haber tenido que ser yo, como cliente, el que le dijese a más de uno que apagase el cigarrillo dentro de la sala.
Dicho esto, vamos al mondongo, que es lo que interesa.
Ayer, como siempre, tuvimos el Pre-Rita, en la que nos juntamos con un montón de buenos amigos y pinchamos, bebemos y luego rematamos en Jandro entre botellines de cerveza, copas y unos jägermeister mezclados con mucha risa y muy buen rollo. Vamos, que nos entonamos. Después nos fuimos a la puerta de Rita para ser los primeros de la cola (con qué poco nos contentamos, ¿verdad?), y fuimos los segundos. Uno de mis amigos, que es como mi sobrina, tenía pase VIP (sí, así de sencilla), así que nosotros entramos y no nos preocupamos más.
Una vez dentro, risas, saludos, encuentros... Pues eso, todo muy Rita. En cierto momento, el novio de mi amigo-sobrina entra y nos dice que no le dejaban entrar. Flipamos un poco. La explicación era que, a pesar de estar en lista VIP, tenía que pagar (hacer la cola, claro) y como estaba un poco pedo ya de paso lo vacilaron un poco, algo que no le hizo mucha gracia a mi sobrina, que les mandó a freír espárragos.
Yo acabé yendo a la puerta para ver qué pasaba y al llegar me asomo a la calle para ver dónde estaba mi sobrina y un portero me espeta un "ahí no puedes estar", así. Yo lo flipo y le digo al de seguridad que había ido para ver si mi amigo entraba y me suelta...
- Tu amigo no entra porque va hasta el culo
- ¿Cómo?
- Sí, drogado.
- Mira, -digo yo- no puede ser porque ha venido conmigo.
- Bueno, ¡pues borracho!
- Eso no te digo que no, pero igual de borracho que puedo estar yo.
- Y además se quería colar sin pagar.
- Pues no puede ser porque mi novio le acaba de dejar dinero para entrar.
- Bueno, pues no entra y punto.
Todo esto sin levantar la voz, conste. Ante la imposibilidad de argumentar más le digo, con tono neutro, "Pues si mi amigo no entra, como vea que alguien se enciende un cigarrillo dentro, llamo a la policía"...
- ¿Me estás amenazando?
- No, te estoy diciendo que si alguien fuma, en vez de ser yo quien le diga que apague el cigarrillo o avisarte a tí, como he hecho otras veces, llamo a la policía.
- Pues acompáñame, que ahora mismo te vas de la sala...
Os podéis ahorrar los comentario de que seguro que me puse borde o gritón o que estaba como Las Grecas, porque os estaréis equivocando.
Y mañana, la conclusión.
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Piiiiip
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