Los llamados crímenes de odio repuntan, como repuntaba la inflación cuando no había crisis y los precios podían subir, en todo el mundo occidental, en nuestro mundo tan cómodo y agradable que nos hicimos tras los 50 millones de muertos de Segunda Guerra Mundial, ahí es nada. Después de que la amplísima clase media nos aburguesásemos, como si alguna vez hubiésemos sido burgueses, ahora toca echar el freno en manos de un mundo que se ha vendido, mientras nosotros asentíamos en el aturdimiento de nuestro lecho, a la globalización económica, o a la economía globalizada. Total, que llegan las vacas flacas y con ello el momento de despedirnos de esos privilegios, como una educación, unos servicios médicos y un largo etcétera, cositas que no nos interesaban demasiado mientras teníamos la barriga llena y las manos calientes...
Ojalá sólo llegase eso... Las desgracias no llegan solas y con los jinetes del capitalismo llega también el jinete del pensamiento único y de la religión de la mano de esa ideología tan humana que engloba el Tea Party, que no tiene ideología ninguna más allá de reaccionar ante los cambios que hemos disfrutado en los últimos 40 años. Como ya dijo aquel, el integrismo es el argumento de quien carece de pensamiento y es lo que están esparciendo por el mundo, el integrismo religioso que abarca todos aquellos males por los que dios castiga al mundo: el aborto, el divorcio, la homosexualidad... y el no creer, y el no seguir al rebaño, y eso hace fuerte al ignorante y al que teme lo que no conoce y sólo reacciona de una manera: acabando con lo que no le gusta.
A mi no me gusta la religión, ni los meapilas ni similares, pero yo nunca quemaría sus iglesias ni atacaría a sus representantes,... aunque me parezcan una degeneración de la inteligencia humana. Desde mi integrismo los respeto, vamos. Pero no funciona igual del otro lado: se multiplican los ataques a homosexuales (hace una semana uno fue asesinado quemado vivo en Escocia y estos días apuñalados y con quemaduras de tercer grado en Tejas, EE.UU), la Iglesia reacciona contra el teatro en Francia, se habla del aborto en las filas de la derecha española como si fuera una sangría social... vamos, que llega el pensamiento teocéntrico neoconservador norteamericano a Europa, y a España con más ganas, mientras todo el mundo se confía con esa frase de falsa seguridad de ¡No, hombre, cómo van a quitar eso o lo otro! Pues muy sencillo: con tu voto. Y ya lo han dicho, y ya lo han anunciado, así que no hagamos como que no sabíamos nada de nada... ¿Nos sacarán de la crisis? Pues puede, pero ¿y dónde nos meteran a los incómodos?
Pero qué miedo os da a algunos los cambios. El tiempo del socialismo (en nuestro país) ha pasado porque no ha sido capaz de lidiar con la crisis económica. Ahora le toca pasar el testigo a otros, nos guste o no. Si siempre estuvieran los mismos en el poder esto sería como China, Cuba o España y Portugal en otros tiempos.
ResponderEliminarLa democracia no funciona bien, de eso estoy convencido. Pero en nuestro país el turnismo funciona. En la Restauración iba más o menos bien, sólo que ahora, en vez del Rey, es la opinión pública la que cambia a un Gobierno. No creo que haya nada malo en eso. El Laissez Faire, laissez passer es la única verdad en la política. Ya le volverá a llegar el turno a la izquierda, tranquilo... Es sólo cuestión de tiempo.
Algo ayuda a rebajar el mal sabor de boca, pero me temo que no es suficiente... :-(
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