19 de febrero de 2015

Metro controla a vagos, maleantes y... maricones

¿Cómo abandonar esta bloga después de volver a pagar un año más el dominio y viviendo estos tiempo de irasosiá que tantos momentos han dado a estas páginas? ¿Cómo no hablar de Podemos, que es la nueva ETA? ¿Cómo no acordarse de la cantidad de gilipollas (me incluyo yo, para las hateresas que ya estarán poniendo la puntilla, para variar) que, cada vez más, pueblan este planeta? Pues nada, volvemos. He aquí la temporada XVIII de la bloga.

Aparte de esas maravillosas razones que acabo de comentar, no puedo negar que la razón que me ha empujado a volver es una noticia que he escuchado esta mañana en la radio y que me ha dejado en plan...
Os vais a cagar

Pues resulta que este maravilloso gobierno autonómico (¿el Metro depende de la Comunidad de Madrid, no?), en algún escalafón de todos los que hay (innumerables, que hay mucha familia y amigos a los que hay que dar de comer), a alguien se le ha ocurrido que los vigilantes del metro tienen que tener mucho ojo con músicos, mendigos, vendedores y, ya por caer más bajo en el estrato social, homosexuales, en especial parejas demuestren afecto, que, como bien sabido es, nunca pagamos el metro y, encima, para más colmo, hasta nos besamos públicamente. 
Músicos, esa gentuza
Afortunadamente, y cito a la SER, que no me apetece escribir y tengo que trabajar, "desde el sindicato UGT denuncian la existencia del documento: en declaraciones a la SER, Teófilo Piñuelas, responsable del sindicato en Metro de Madrid, rechaza este tipo de órdenes, señalando que los trabajadores de Metro “controlan a cualquiera que defraude, no van a discriminar por sexo o religión, sería inconstitucional”."

Eso sí, todavía tendréis a todo tipo de gilipollas entre vuestros amigos, conocidos y demás basura adjunta, que os soltarán que qué suerte tenemos porque las cosas ya no son como antes y podemos vivir sin miedo a la discriminación o los ataques homófobos que, por cierto, van en aumento en la capital de España, que ya sabéis que, para mucho catoliplasta y votante de derechas (del PP, porque de VOX no creo que haya muchos) es un lupanar de libertinaje homosexual del que ya podríamos sentirnos agradecidos de su existencia.

Y, a todo esto, ¿cómo se distingue a un homosexual de un heterosexual? ¿Somos fluorescentes o algo?
Mariano, se te ve el... bueno, nada.


2 comentarios:

  1. Eso mismo pienso yo. ¿Cómo nos van a distinguir? Yo me preocuparía más por los pijos que pasan de dos en dos las barreras.

    Huy, si fuésemos fluorescentes, el mundo no necesitaría farolas.

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  2. Entonces Mariano ahora es Gusiluz? pero no era la trot... estooo no he dicho nada.

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Aunque ya no se lleva nada, puede comentar después de la señal, por favor. Le contestaré lo antes posible. O no. Gracias.
Piiiiip

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LEAMOS, AMIGAS