6 de noviembre de 2012

¡Ana, cómete las manzanas!

Por fin el Tribunal Constitucional ha resuelto rechazar tras siete años el recurso interpuesto por el Partido Popular de España, con sus 72 firmantes y militantes, además de miembros del Gobierno, en contra de la ley que nos permitía disfrutar de los mismos derechos que cualquier ciudadano heterosexual, o sea, casarnos y que se llame como debe ser: matrimonio.

Durante estos años hemos tenido que escuchar cosas del tipo que si las peras y las manzanas no se juntan o sí se juntan o no sé que coño quería decir Ana Botella porque se hizo la anchoita un lío sólo por decir que de matrimonio nada, que lo nuestro era otra cosa... una macedonia o algo así, supongo, que ya se puede meter gajo a gajo por el coño, que es una manera de parafrasear a Andreita Fabra y evitar decirle a toda la bancada del PP un sonoro y rotundo QUE SE JODAN...


También hemos escuchado a basura eclasiástica, como la secretaria de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, realizando constructos en el aire sobre si admitir que los sodomitas (y gomorritas, supongo, que siempre olvidamos a las lesbianas) nos casásemos era como abrir la puerta a la unión entre tres o cuatro elementos, animales con personas, hermanos con hermanas, vitrocerámicas con iPhones... vamos, un dechado desecho cerebral, como todo lo que dice...


Mientras tanto, veeeeenga de maricones del PP se casaban, amigos de Gallardón entre ellos, claro, y había que ver cómo muchos cargos públicos homosexuales, como Iñaki Oyarzabal, por ejemplo, se lo pasaba pipa en La Boîte, una discoteca gay del centro de Madrid, con sus amigos y cargos públicos sin pronunciarse sobre nada de ello durante seis años y medio, hasta que llegaron las elecciones vascas e hizo una sonora salida del armario (vamos, hizo un rickimartin: salir del armario cuando todo el mundo lo sabía ya) con algún objetivo electoralista, como no, pero sin mencionar la palabra matrimonio...


Y luego está Mariano Rajoy, del que todo el mundo dice que es homosexual, al que apodan Trotona de Pontevedra y al que Carlos Alberto Biendicho (DEP), ex militar que fundó la autoproclamada Plataforma Popular Gay afín al PP, sacó del armario en otro acto de rickimartinismo. Mariano seguía insistiendo en que el recurso era imposible de retirar y que ya se vería qué hacer dijese lo que dijese el Tribunal Constitucional... vamos, un papelón...


Ahora ya todo ha pasado. No hay duda de que la ley que se promulgó en la legislatura de Zapatero era legal, así que éramos legales, hemos sido legales y seguiremos siendo legales, y por legales quiero decir ciudadanos de primera, y como toda esta gentuza quería (y quiere) que no lo fuéramos, ¿qué menos que disculparse ante los 4 millones de gays y lesbianas de este país, admitiendo, al menos, el error de su empecinamiento, no? Pues no, no lo harán, así que desde aquí les digo una cosa: SE LLAMA MATRIMONIO Y OS JODÉIS, y las peras, las manzanas y demás frutos del bosque se los puede meter Anita por el coño y dejar que le maceren unos siete años.


3 comentarios:

  1. Yo creo que lo de Biendicho fue una boutade, llevaba los principios al extremo, o era blanco o negro.

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  2. Nunca se van a disculpar porque por mucho que diga el TC ellos siguen estando en contra. ¿No son ellos los ilegales por negar un derecho y discriminar?. Supongo que como no saben gobernar un país, tienen que dedicarse a otras cosas que en realidad ni les va ni les viene y asi distraen

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  3. Eso, eso, ¡que se jodan! Por cierto, ¿no es la Camino también del gremio del armario?

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Piiiiip

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