Os presento a mi huevo...

Vale, hay días en los que hay que ponerse transcendental y otros, como hoy, en los que no, y hoy toca hablar de mi huevo, y no es que sea unihuevo, eh? Tengo dos testículos y mi huevo... Como este, que los ha enseñado esta semana...

A mi estas cosas de Tenga, de las que ya he hablado en alguna ocasión (no encuentro el post...), siempre me han parecido muy graciosas y tal, pero pensaba que donde hubiese un cinco contra uno (a falta de otra cosa, claro está) que se quitaran los inventos... Pero QUÉ GRAN ERROR! Qué de prejuicios absurdos y querencias extrañas...

Los consoladores de masculinos estos del Japón no son para metérselos por orificio alguno, no... son artefactos de silicona para follártelos... vamos, que te los enfundas en el pene y pimpán, pimpán... nada que ver con tu mano, NAAAADA, es como introducirlo en un ojete o (supongo) una vagina... La sensación es maravillosa! Tan suaaaave, tan agradable... Abres el huevo y dentro hay otro huevito de silicona. Lo llenas de lubricante y hale, a darle al manubrio. Me he hecho superfán desde ya, aunque los muy cabrones son obsolescentes... vamos, que en teoría es de un solo uno, pero ya os digo yo que no, que se limpia muy bien debajo del agua con jabón y mucho amor, el mismo amor que cuando se usa el huevo.

Lo bueno de todo es que convierte esa cosa tan mecánica de la masturbación (yo es que no suelo bajar de dos, la verdad, al día, por eso digo lo de mecánica) en algo mucho mejor, algo que haces con más ganas y tal... Y lo mejor: se acabó manchar el suelo, la alfombra o a uno mismo! Jajaja! Os enseñaría fotografías del proceso, pero creo que sería una forma muy sencilla de ganar lectores y no me parece bien, JAJAJA, y Lolo me mataría, claro... por cerda.

Os dejo con la recomendación de que os lo compréis. Ea!