4 de enero de 2011

Más Moral, no Gracias

Hace ya un montón que quería escribir sobre esto de lo que cada cual hace en la cama o en donde nuestro enorme órgano sexual principal (el cerebro, cerdos) nos dé a entender. Tenemos en la cabeza un montón de historias metidas sobre lo malo, el pecado y la corrección moral que nos vienen de la moral judeocristiana, como no podía ser de otra manera, que en definitiva se reducen a que cualquier cosa que hagas con tus genitales que implique disfrute, y no la reproducción, está mal... y la parafernalia ni te digo...

Yo estoy más por la labor de hacer como los romanos, los antiguos, claro, que los de ahora tienen tan cerca a Ratzi que del armario, por no sacar, no sacan ni la ropa. En Roma se hacía lo que a uno le daba la gana y nadie le decía nada... que Julio César era la putita de un rey oriental, pues bueno,... qué más daba? Ahí se alzó como general y dictador, y de hecho no lo apuñalaron por cerda, si no por cuestiones políticas. Luego estaba lo de los caracoles y las ostras, y a cada cual lo que le saliera del caracol o la ostra, sin problema... hasta que llegaron los cristianos jodiendo la marrana, valga la expresión.

En teoría debería ser todo igual, porque lo que se hace en la intimidad en la intimidad queda, pero no... Resulta que si te montas una orgía, cerda; que te gusta que te aten, puerca; que te encanta el porno, hombre tenías que ser; que te encanta que te peten, pasiva de mierda; que te gusta disfrazarte, warro y enfermo; que lo tuyo es exhibirte, pervertido;... y así todo. Y digo yo que qué más dará lo que hagas si no haces daño a tu vecino (salvo que a tu vecino le mole que le casquen, que también es una parafilia).

El marqués de Sade tenía que haber escrito más y publicar más aún, para que la gente viese el sexo con normalidad, también el extremo, sobre todo con finales tan divertidos como el de Justine o los infortunios de la virtud... ¿No lo habéis leído? Pues es un must, como dicen las modernas...



Todo esto viene los escándalos como los de Pedro J., conocido por todos, o Max Mosley, expresidente de la Federación Internacional de Automovilismo, que casi se lo comen por participar en una orgía sadomasoquista con unas prostis y él vestido de nazi (que algo nazi sí resultaba su familia, pero si este sólo lo practicaba como fantasía sexual y en su intimidad...), o Eliot Spitzer, político estadounidense que hacía, en la intimidad también, orgías con prostis de lujo... Mientras sean consecuentes, ¿qué problema hay?

Otra cosa es este cerdo:


El pastor norteamericano Tom Daniels que defendía la célebre Prop-8 contra los derechos civiles de los homosexuales y que, según parece, defendía y practicaba en la intimidad la pederastia. A este habría que castrarlo, como a todos los pederastas.

3 comentarios:

  1. Hombre, yo para ilustrar este post más que Justine hubiese puesto La Filosofía en el Tocador. Libro que debería ser de lectura obligada en todos los colegios de monjas.

    Y en cuanto a los ejemplos que pones... Mosley y Spitzer no lo se, pero Pedrojota NO es un buen ejemplo. Por lo que dices de "ser consecuentes"...

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  2. Pero es que si la gente no se mete en la vida del vecino y además la critica, no es feliz

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  3. Asín somos :-)

    y qué razón tienes, ains, si se dejaran de zarandajas cristianas y se preocuparan de disfrutar, se darían cuenta que ser buenas personas no tiene nada que ver con la represión ni la moral ni la doctrina que predica la iglesia ...

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Piiiiip

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