¡Oiga! Sin ofender, eh?
Disculpe, nada más lejos de mi intención...
Y es que ayer tuve el placer de asistir a...
Sinfonía Militar nº 100, Alla Turca (J.Haydn)
Missa in tempore belli alias Paukenmesse (J.Haydn)
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Raquel Lojendio (soprano), Lola Casariego (mezzosoprano), Agustín Prunell-Friend (tenor), Josep Miquel Ramón (barítono)
Rafael Frühbeck de Burgos, director.
Los que se pregunten qué es una mezzo, ya pueden dejar de leer: este post os resultará aburrido.
Dentro de una cosa que llaman Estío Musical Burgalés, con Frühbeck de Burgos (que sí, es de Burgos) como director artístico y un cartel de horrendo diseño, se desarrollan una serie de conciertos de mayor o menor envergadura. Evidentemente, los que dirige el señor Frühbeck son extraordinarios, aunque sólo sea por ver en el podio a uno de los mejores directores de orquesta del mundo que aún siguen vivos... (una pena que no mueran primero los malos... aunque sería una muerte en masa...).
Paso de comentar la Sinfonía, aunque es una de las más digeribles de Haydn, y sólo diré que estuvo muy bien tocada y mejor dirigida por el maestro, a pesar de que los violines primeros insistían en acelerar y ralentar en contra del parecer del resto de la orquesta (y del director, vamos). Muy mona toda ella, y como es alla turca, pues con mucha percusión exótica.
La Misa ya fue otra cosa más entretenida: es lo que tiene una misa escrita en tiempos de guerra, con timbales (pauken). El coro de la Comunidad de Madrid, que dirige Jordi Casas, estuvo más que a la altura de las circunstancias, a pesar de lo blanco que puede llegar a sonar a veces, especialmente la cuerda de bajos, a los que les falta algo de color. Un sonido compacto, matizado y con unas dinámicas muy logradas que nunca quedó aplastado por el sonido de la orquesta, cuyos primeros violines, también aquí, siguieron intentando convencernos de que el tiempo, como decía Einstein, es relativo. Por cierto, y hablando de cuerdas, qué guapa la seguna cello (comentario no sexual) y qué bien lucía (dejémonos de cinismos, todos nos dedicamos a mirar a los músicos), a diferencia del primer cello, que en ciertos momentos solísticos no atinó del todo con la afinación.
No es fácil lograr un buen sonido en las voces, porque el Teatro Principal tiene una acústica muy incómoda para los cantantes: la voz parece caerse en picado nada más abrir la boca, pero Frühbeck hizo un gran trabajo de equilibrio con el coro. Los cantantes solistas también tuvieron que afrontar el mismo problema y el resultado fue muy correcto. Un poco apagada Casariego, pero con su característico timbre, y su saber hacer, supo suplir la falta de volumen. Estupenda y muy afinada Lojendio, al igual que Prunell-Friend, con una voz timbrada, sonora y flexible, y muy buen canto el de Ramón, con un squillo que le permite el volumen y la flexibilidad que la obra necesitaba y que le hizo destacar sobre sus compañeros. Todos en conjunto realizaron una interpretación magistral, muy bella y que arrancó la ovación de un público, el burgalés, que, a pesar de no distinguir un do de un re, ayer se portó muy bien y supo apreciar una ejecución excepcional.
Y el lunes, El Retablo de Maese Pedro, también con Frühbeck, la orquesta de Bilbao y los mismos solistas.
Disculpe, nada más lejos de mi intención...
Y es que ayer tuve el placer de asistir a...
Sinfonía Militar nº 100, Alla Turca (J.Haydn)
Missa in tempore belli alias Paukenmesse (J.Haydn)
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Raquel Lojendio (soprano), Lola Casariego (mezzosoprano), Agustín Prunell-Friend (tenor), Josep Miquel Ramón (barítono)
Rafael Frühbeck de Burgos, director.
Los que se pregunten qué es una mezzo, ya pueden dejar de leer: este post os resultará aburrido.
Dentro de una cosa que llaman Estío Musical Burgalés, con Frühbeck de Burgos (que sí, es de Burgos) como director artístico y un cartel de horrendo diseño, se desarrollan una serie de conciertos de mayor o menor envergadura. Evidentemente, los que dirige el señor Frühbeck son extraordinarios, aunque sólo sea por ver en el podio a uno de los mejores directores de orquesta del mundo que aún siguen vivos... (una pena que no mueran primero los malos... aunque sería una muerte en masa...).
Paso de comentar la Sinfonía, aunque es una de las más digeribles de Haydn, y sólo diré que estuvo muy bien tocada y mejor dirigida por el maestro, a pesar de que los violines primeros insistían en acelerar y ralentar en contra del parecer del resto de la orquesta (y del director, vamos). Muy mona toda ella, y como es alla turca, pues con mucha percusión exótica.
La Misa ya fue otra cosa más entretenida: es lo que tiene una misa escrita en tiempos de guerra, con timbales (pauken). El coro de la Comunidad de Madrid, que dirige Jordi Casas, estuvo más que a la altura de las circunstancias, a pesar de lo blanco que puede llegar a sonar a veces, especialmente la cuerda de bajos, a los que les falta algo de color. Un sonido compacto, matizado y con unas dinámicas muy logradas que nunca quedó aplastado por el sonido de la orquesta, cuyos primeros violines, también aquí, siguieron intentando convencernos de que el tiempo, como decía Einstein, es relativo. Por cierto, y hablando de cuerdas, qué guapa la seguna cello (comentario no sexual) y qué bien lucía (dejémonos de cinismos, todos nos dedicamos a mirar a los músicos), a diferencia del primer cello, que en ciertos momentos solísticos no atinó del todo con la afinación.
No es fácil lograr un buen sonido en las voces, porque el Teatro Principal tiene una acústica muy incómoda para los cantantes: la voz parece caerse en picado nada más abrir la boca, pero Frühbeck hizo un gran trabajo de equilibrio con el coro. Los cantantes solistas también tuvieron que afrontar el mismo problema y el resultado fue muy correcto. Un poco apagada Casariego, pero con su característico timbre, y su saber hacer, supo suplir la falta de volumen. Estupenda y muy afinada Lojendio, al igual que Prunell-Friend, con una voz timbrada, sonora y flexible, y muy buen canto el de Ramón, con un squillo que le permite el volumen y la flexibilidad que la obra necesitaba y que le hizo destacar sobre sus compañeros. Todos en conjunto realizaron una interpretación magistral, muy bella y que arrancó la ovación de un público, el burgalés, que, a pesar de no distinguir un do de un re, ayer se portó muy bien y supo apreciar una ejecución excepcional.
Y el lunes, El Retablo de Maese Pedro, también con Frühbeck, la orquesta de Bilbao y los mismos solistas.
La SVT acaba de anunciar las sedes del próximo Melodifestivalen, así que ya ha comenzado oficialmente la cuenta atrás. ¡viva!
ResponderEliminarNo he leído nada de tu post de hoy porque me da pereza pero... ¿por qué tanta gente fea?
ResponderEliminarAún dudo: se apellida de Burgos? es de Burgos? o las dos cosas?
ResponderEliminarNils! (Horror!)
ResponderEliminarFido! Es lo malo de no hablar del mundo del porno y los modelos... Ains! Que mal repartido está le monde...
RMN! Se apellida de Burgos y además es de Burgos. Desciende de inmigrantes alemanes que, según parece, buscaban refugio fuera de su país tras la Gran Guerra. Se sintieron tan bien acogidos que, en agradecimiento a la ciudad, añadieron el de Burgos a su apellido.
Tu crees que si yo hago eso me podría ahorrar el IBI??
ResponderEliminarSin duda! Prueba con von Aachen, que queda ideal parecer de Aquisgrán XD
ResponderEliminarEl de la última foto era alguno de los músicos?
ResponderEliminarQué gran verdad, yo me puedo pasar todo el tiempo del concierto mirando las caras de los músicos, es otro atractivo más añadido al de la propia música, o no? Y me he llegado a "enamorar" de más de un cantante.
Disfruta del festival, tú que puedes.
Ah, creo que ya hemos leido el post los 3 que lo íbamos a leer, o falta alguien?
:-p
Besicos!
PD: Pregunta técnica, que significa/es "squillo"?
Oiga, me parece espléndido que haga usted un post hablando de lo suyo...
ResponderEliminar...pero de ahí a copiar una reseña del periódico va un trecho, eh?
LAQ! A mi me pasa, sobre todo, si me aburro... Juasjuasjuas! Squillo es una característica que no todas las voces tienen, una especie de timbre metálico que hace que la voz suene más afilada e incisiva en su recorrido, sin que tenga que perderse redondez en la voz, porque ambas características son compatibles. Hala!
ResponderEliminarSota! Eres mala, Muriel.
Gracias mil. Ahora solo me falta encontrar un ejemplo "sonoro"
ResponderEliminar:-)
Besicos.