28 de marzo de 2014

¡Hamburguesas!

Ayer todo el día comenzó con el tema de las hamburguesas desde la mañana, pronto, en el gimnasio.

Estaba hablando con un hetero (sí, hablo con heteros, son gente agradable, sensible y no me avergüenza decir que tengo muchos amigos heteros) y, de repente, entró una chica a la sala y este colega me espeto algo así como "Vaaaaaya tía! Toma whopper! Tooooma whopper!", una descripción tan acertada, la verdad, que no puede dejar de imaginarme el whopper de la chavala...

Aunque, sinceramente, yo lo imagino más como un macarrón...

Macarrón: 2. m. Bollito con azúcar, almendra y otras especias.



Bueno, el caso es que por la tarde, después de tomarnos unas cañas, decidimos irnos a cenar en plan jueves noche y queríamos una hamburguesa. En Madrid, hay muchos sitios donde comerse una buena hamburguesa siempre que no sea una Whopper, que a mi Burger King me da un ascazo que no puedo. Primer sitio, pues un buen McDonalds con su Big Mac maravilloso. No es muy exclusivo pero, chica, cumple su cometido y mola ir al primer McDonalds abierto en España porque está al lado de casa, en Gran Vía 52...


Después está Home Burger, que me da mucha manía porque pagar una pasta por una hamburguesa no me hace ninguna gracia, sobre todo si no está buena de verdad y no tiene un buen tamaño. ¿Otro lugar? Pues en la calle de la Libertad hay una hamburguesería que antes se llamaba Best Burguer (sí, con u), de la que ya hablé allá por 2011 y que ahora está mejor puesta, en plan decoración y eso, vamos.

Mi preferida últimamente es la hamburguesa del Lunch Box & Tiki Room, que está en Malasaña, en la calle del barco 8. Siempre me pido una Vincent Price que está que te mueres de buena y no es demasiado cara, unos 9€. El sitio es acogedor y no sé por qué no está siempre lleno. Hay una camarera a la se le agradecería que fuera un poco más simpática, pero no todo puede ser perfecto.


Al final nos fuimos a Los Olvidados, en la calle de la palma 69, que ha reabierto recientemente. A los 45 minutos de espera comprendimos por qué el lugar se llama así, porque parecía que los camareros no se acordaban de que estábamos esperando nuestras hamburguesas. Por fin llegaron y estaban que te cagas, la verdad... que te cagas en mi caso, que vomitas en el caso de otro amigo. Dos colegas más parece que permanecen a esta hora indemnes, así que no me atrevo a decir que fue cosa de la cocina porque pedimos lo mismo los cuatro. Aún así, el sitio es moni, en plan moderna, aunque tienen que pulir las cosas del servicio.

No sé si me volverán a ver, la verdad.

Hale, buen finde.

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Piiiiip

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