2 de septiembre de 2013

Juramento Hipocrático

Yo no sé si los médicos siguen siendo tan antiguos como cuando Hipócrates (siglo V a.C., amiguitos), aunque seguro que, en lo que compete su práctica, sí y seguro que hacen ese juramento célebre por el que se comprometen a ser unos buenos profesionales con un grado de buen rollo humanitario, como en las series.
En la Convención de Ginebra, allá por 1945, algo que a muchos les parecerá la Edad Media, se redactó la declaración incluyendo esta frase tan bonita "No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase"... Bonito, ¿eh? Pues no es por juzgar antes de tiempo, vamos, prejuzgar, pero según se comenta en el Diario de Jaen una médico le soltó a su paciente, deprimido, y entre otras cosas, gayer, que si estaba así seguro que era por maricón, sin decir maricón, claro.
Cuenta el chaval, David Cámara, que se fue al médico porque no levantaba cabeza por la pérdida de su puesto de trabajo, el subsiguiente embargo de la casa y del coche y por la ruptura con su pareja tras 9 años. La mujer debía estar asintiendo, atenta y responsable, hasta que le preguntó a David que si había hijos de por medio y el chico le dijo que no, que la relación era con un hombre, así que a la señora le cambió la cara y le espetó, en palabras de David, "que me hiciera pruebas y análisis porque los gais tendemos a pillar muchas enfermedades y a propagarlas [...] tenía que comprender que eso es antinatural, y que mi problema, y todo el trastorno, lo tenía en la cabeza", y todo esto delante de la madre del chaval que, la verdad, con 25 años no sé qué hacía ahí, pero bueno...
¡Toma ya! Oiga, señora, que los consejos morales los da el cura a quien le quiera escuchar, usted tiene que ser una profesional y callarse la boquita. Lo peor que es ya me veo que habrá reacciones del tipo "la violaron por ir como una guarra", y empezarán a decir que este chico patatín y patatán y que ella, como los ingenieros, el cura, el alcalde y el guardia civil, es muy buena gente, en plan aquellas fuerzas vivas del régimen.
Y luego flipamos con Rusia, amigas. Aunque aquí el paciente ha denunciado a la médico por homofobia, coma que en Rusia no se puede...
Feliz septiembre.
Este se tocaba, señores, se tocaba...

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Piiiiip

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