9 de mayo de 2013

Adiós, Jake [palmadita en la espalda]

A diferencia del mundo heterosexual, en el mundo gay tenemos bastantes menos escrúpulos a la hora de enfrentarnos a la pornografía... y al sexo en general, la verdad, aunque de todo hay en la viña del Señor.
El atractivo entre los maricas por el porno es inmediato, por estimulación (obviamente) y, en parte, como vía de escape a un montón de problemas de autoaceptación, complejos y tal, toda esa mierda que todos arrastramos pero que algunos buscan, de alguna manera, sublimar mediante la exhibición buscando la aprobación de los demás, o sea, dedicándose al mundo del porno después de un buen ciclito. Todo una paja mental muy freudiano, vamos.
Dedicarse al mundo del porno es de lo más goloso, valga la expresión, porque representa cierta evidente satisfacción física sexual física y la admiración por parte de los fans que ven a los actores como los nuevos dioses en este mundo multimedia. Estoy seguro de que tiene que ser un auténtico subidón, pero todo lo que sube... ¡exacto! acaba volviendo a su estado original cuando ya no eres la cara popular o el mejor rabo o lo que sea... Vamos, Martin Mazza, que, según se cuenta en los mentideros, ya hasta hace el porno gratis con el hermano de Dinio (ewwwww) y elexnovio de Falete (eeeeeeergh) después de que al pobre no lo quieren ya ni de amigo. Tiene que ser muy deprimente, la verdad, pasar de ganar un dinero fácil (nótese la cursiva, que equivale a las comillas) y no poder hacer nada en tu vida porque o no estás preparado o porque la gente te encasilla y te convierte en un paria social... bueno, o porque te has suicidado.

En principio no tendría que suponer problema alguno si la gente no fuéramos tan cínica e hipócrita, porque el sambenito no se lo cuelga uno mismo, se lo colgamos los demás. Aplaudimos lo que nos satisface y luego no lo queremos meter en casa porque lo vemos como una vergüenza cuando se le quita esa pátina de fama, glamour y tal, y eso, amigas, es muy mal, aunque es así, no lo podemos negar.
Siempre he pensado que si uno tenía los huevos (valga la expresión otra vez) de dedicarse al porno, tendría que tenerlos aún mayores para reciclarse laboralmente, aunque cuando uno tiene el enemigo dentro hay un problema, y es lo que le ocurrió a mi idolatrado Jake Genesis.

Después de estudiar teología en la universidad de Berkeley y enfermería, este prometedor pedazo de carne trabajó como policía durante 8 años, de 2002 hasta 2010, momento en que no sólo salió del armario sino que encaminó su carrera hacia el mundo de la pornografía gay, en la que ha tenido gran éxito como actor versátil, trabajando para las principales productoras de porno marica, hasta abril de este año, momento en que colgó... ¿los hábitos se puede decir?
Sí, compañeros, sí, podéis mesaros los cabellos y rasgaros las vestiduras. Este rubio bigardo musculoso de pelo en pecho y absolutamente versátil, que se lo pasaba de miedo (y nos lo hacía pasar casi igual), ha tenido una epifanía gracias a su moral católica y ha abandonado, entre remordimientos, culpa y vergüenza, el mundo del porno, pidiendo perdón a la familia, amigos y al cuerpo de policía, ¿cómo te quedas? Pues si leéis el último párrafo de su comunicado, en el que menciona la reconciliación con Dios y la Iglesia, la piedad infinita del primero, el perdón y la humildad no volvéis a echar gota en la vida.

Y digo yo, ¿no podría haberse evitado tanta mierda de reflexión católica y simplemente aceptar que no fue buena idea dedicarse al porno antes a) de ir al psicólogo y b) pensar en cómo reciclarse laboralmente? Pues eso, y que yo lo echaré de menos.
Y que feliz jueves.

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Piiiiip

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